Devolver el ánimo perdido y los deseos de vivir tras el fallecimiento de un familiar, un amigo o vecino es bastante difícil, y más aún de forma repentina como ocurría diariamente por causa de la COVID-19, pero quién no sintió desesperación, enojo, desesperanza, miedo… ante el encierro, el contagio, las secuelas del virus y la muerte.

La depresión y otros trastornos mentales ha generado que el cuerpo de guardia del Hospital siquiátrico Luis Ramírez López y las consultas de Salud Mental de los policlínicos hayan incrementado las atenciones médicas, así lo expresó a Venceremos la doctora Melva Ramírez Romaguera, especialista de Segundo Grado en Siquiatría en ese centro hospitalario.

Al decir de la también profesora Auxiliar y Consultante de la Universidad de Ciencias Médicas, la depresión es un trastorno mental caracterizado, fundamentalmente, por el desánimo y sentimientos de tristeza, asociado a alteraciones del comportamiento, del grado de actividad y del pensamiento.

“Debe buscarse ayuda profesional ante cualquier síntoma como ganas de llorar, ansiedad, irritabilidad o frustración, incluso, por asuntos aparentemente sin importancia; muestren pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades como, por ejemplo, tareas domésticas, culturales o deportivas…, porque puede resolverse en la consulta con el sicólogo a través de terapias, ejercicios respiratorios, entre otros, o necesitar de la atención de un siquiatra, quien indicara los fármacos requeridos”, argumenta la especialista.

Sobre la importancia de que familiares y amigos apoyen a aquellas personas con estados depresivos, la especialista dijo que contribuye en gran medida a la activación de los mecanismos de defensa de los afectados, y poco a poco aceptar -o no- la realidad que les tocó vivir y así poder enfrentarla.

La doctora aconseja la atención oportuna para evitar tener que lamentar desenlaces que pudieran ser fatales como el suicidio. “Ocupar el tiempo de ocio en tareas útiles y agradables como sembrar plantas, leer un libro, realizar ejercicios físicos, tejer… son actividades que ayudan mucho en la recuperación de la salud mental”, enfatiza.

“Las secuelas en la salud de las personas, tanto por la enfermedad que generó el SARS-CoV-2 como por los trastornos a la salud mental de muchos a escala mundial, se podría definir como otra pandemia de la que, sin duda, saldremos, y será posible una vida más llevadera y con nuevas motivaciones”, concluye Ramírez Romaguera.

Fuente: Radio Guantánamo