El paludismo o malaria dejó de ser un problema de salud en Guantánamo y toda Cuba desde finales de la década de los años 60 del pasado siglo, por lo cual en 1973 el país fue certificado por las organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud como libre del flagelo, que continúa afectando otras áreas geográficas.
Con tal presupuesto, el Doctor Leonel Heredia Carpintrú, epidemiólogo y subdirector de tal especialidad en el Centro provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, asegura que el territorio más oriental de Cuba continúa como entonces, sin transmisión autóctona, aunque exista el reporte de un caso, controlado y atendido con evolución satisfactoria en el Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto.
Se trata -dijo- de un paciente que ingresó al país el 22 de febrero procedente de Angola y el 10 de marzo tuvo manifestaciones clínicas, las cuales lo condujeron a ingresar en la principal institución hospitalaria de Guantánamo, donde se confirmó el padecimiento, que califica como paludismo no endémico, por su origen foráneo.
“Esta patología -explicó- es causada por Plasmodium, un parásito inoculado de un paciente a otro por el mosquito del género Anófeles, el cual infecta con malaria y tiene hábitos vespertinos, a diferencia del Aedes aegypti, de actividad matutina y transmisor de dengue y chikungunya”.
El paludismo humano tiene cuatro formas de presentación. La más grave puede mostrar cuadro clínico con fiebre, escalofríos, sudores y cefalalgia, ictericia; defectos de coagulación, choque, insuficiencia renal y hepática, encefalopatía aguda; edema pulmonar y cerebral, coma y muerte.
El tratamiento rápido es esencial, incluso en casos leves, por la posible aparición repentina de complicaciones irreversibles… Leer más
Fuente: Periódico digital Venceremos