Como era de esperar con el regreso de Donald Trump al poder, y especialmente con Marco Rubio, un acérrimo anticastrista, al frente del Departamento de Estado, se ha intensificado la campaña para presionar a los gobiernos regionales a que pongan fin a los programas de cooperación sanitaria con Cuba. Con el pretexto de defender los derechos humanos y afirmar que los médicos de la isla son víctimas de “trabajo forzado”, Estados Unidos no ha dudado en amenazar con restricciones de visado a los funcionarios de los gobiernos que han acogido a brigadas médicas cubanas. Esto ha obligado a algunos países de la región a ceder, a pesar de las necesidades sanitarias internas.
Desde México hasta Guyana y Pakistán, los médicos cubanos suelen ser enviados a barrios desfavorecidos o a las zonas más remotas de los países de acogida. Ya sea por solidaridad, en respuesta a emergencias sanitarias (ébola, COVID-19) o desastres naturales, o mediante acuerdos interestatales de prestación de servicios, 20.000 profesionales sanitarios cubanos se encuentran actualmente desplegados en casi 60 países.
Esto proporcionará al gobierno cubano una importante fuente de ingresos en un momento en que la isla atraviesa una brutal crisis económica, en un contexto de un bloqueo cada vez más recrudecido, cuyo impacto en el sistema de salud ha costado ya más de 3.400 millones de dólares, según Omar Stainer, especialista del Ministerio de Relaciones Exteriores en La Habana.
— La salud siempre ha sido reconocida como uno de los grandes logros de la revolución cubana. ¿En qué medida se ve afectado este sector por la crisis económica que atraviesa la isla?
—Una de las primeras medidas introducidas tras el triunfo de la Revolución de 1959 fue establecer el principio del acceso universal y gratuito a la atención médica. Esto requirió destinar una parte significativa del presupuesto estatal al sector salud , como nos recuerda un eslogan presente en muchos centros hospitalarios de nuestro país: « La atención médica es gratuita, pero tiene un costo ».
En las últimas seis décadas, el daño causado por el gobierno estadounidense y sus políticas criminales contra nuestro sistema de salud ha ascendido a más de 3.400 millones de dólares. Por lo tanto, el gobierno asigna mayor o menor presupuesto a la salud según sus recursos, pero nadie puede negar que la crisis de los últimos años ha afectado visiblemente la vitalidad de los servicios y la disponibilidad de equipo médico… Leer más
Fuente: Cubadebate

