Tócate para que no te toque.
Frase de una campaña preventiva contra el cáncer mamario.
A nivel mundial, ocho de cada diez casos de cáncer de mama se reportan entre mujeres mayores de 50 años. El riesgo aumenta con la edad, y por tanto los cuidados deben extremarse a partir de la menopausia.
Lo primero a tener en cuenta es el autoexamen frecuente, pero no para callar los resultados por temor, sino para pedir ayuda profesional a tiempo ante cualquier síntoma o duda.
Es común percibir cambios de textura en las mamas durante la perimenopausia (aún no se retiró del todo la menstruación) y luego en la menopausia ya confirmada. La fluctuación de estrógenos puede crear cierta sensibilidad en los pechos sin que esto signifique un problema de salud, pero es mejor buscar opinión experta si hay dolores o pelotitas, y realizar otros exámenes para complementar el diagnóstico.
El cambio hormonal también influye en una menor densidad del tejido mamario y su apariencia laxa, hay ejercicios para los músculos pectorales que ayudan a mantener cierta firmeza. En principio no deben causar dolor ni endurecimiento, no debe achacarse a ellos si algo irregular está creciendo o molesta hasta las axilas.
Las de tallas más rellenas deben estudiarse a conciencia y procurar exámenes incluso antes de los 40 años, porque el tejido abundante esconde con facilidad cualquier alteración.
De igual modo tienen más riesgo las mujeres que no parieron (nulíparas) o lo hicieron después de los 30 años, las que no lactaron, las de menarquia temprana (antes de los diez años) o menopausia tardía (más de 55 años), y las que se someten a tratamiento de estrógeno por tiempo prolongado… Leer más