En respuesta al déficit de medicamentos en Santiago de Cuba y el país, el Laboratorio Farmacéutico Oriente (LBF) diversifica la producción de ciprofloxacino, metronidazol y ringer lactato en bolsas de suero.
Jorge Orestes Fernández, director general de la institución, declaró que la inversión en infraestructuras y nuevas tecnologías realizada en octubre pasado permitió ampliar esta área, oportunidad de introducir antibióticos en esta línea productiva durante 2022 y 2023.
Aseguró contar con personal capacitado y maquinarias necesarias para garantizar máxima calidad y proveer a hospitales locales y del resto de la isla si lo precisan, pese los obstáculos impuestos por el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos a la industria farmacéutica cubana.
Entre las ventajas de este innovador proyecto, Fernández mencionó el suministro a los centros de salud más perjudicados por el déficit de medicinas, la sustitución de materias primas y antibióticos importados y la futura exportación, elementos traducidos en beneficios económicos y bienestar social.
Calificó de vital la elaboración y distribución de sueros en LBF, fortalecida tras asumir la fabricación nacional durante las etapas más críticas de la pandemia en Cuba, y destacó la actualización tecnológica de esta área laboral, esencial en el cumplimiento de los planes propuestos.
A las acciones de desarrollo económico-productivo se suma la comercialización de agua para inyección en el extranjero y la reciente inauguración de una planta de sales, con óptimas condiciones para abastecer al país y exportar el fármaco, muy demandado en esta época del año, concluyó el directivo.
Esta empresa, perteneciente al grupo BioCubaFarma y próxima a cumplir 50 años el venidero 24 de diciembre, surte a todos los territorios de un grupo importante de medicamentos, fabricados en cinco líneas de producción con nuevo equipamiento y profesionales comprometidos con la salud del pueblo cubano.
Fuente: Cuadebate
