Dormir bien es uno de los pilares fundamentales para gozar de una buena salud y mejor calidad de vida. Durante el sueño, el cerebro y el sistema nervioso se encuentran sometidos a una oscilación continua, lo que permite la adquisición de nuevos conocimientos y la memorización de los ya adquiridos, por lo que el descanso se vuelve, sin dudas, una necesidad básica del ser humano.
Sin embargo el ritmo de vida o simplemente el estrés diario que padecen la mayoría de las personas hacen que para ellos sea cada vez sea más difícil lograr un sueño placentero. Muchos a la hora de dormir se pasan horas dando vueltas en la cama, tratando de “resolver” sus problemas laborales o personales, sin darse cuenta de que están frente a un trastorno del sueño aparentemente inofensivo, pero que puede ser muy perjudicial para nuestro organismo. Se trata del insomnio (dificultad para conciliar el sueño), que según los especialistas es uno de los desórdenes más comunes.
No dormir las horas adecuadas puede afectar el sistema inmunológico, cardiovascular, metabólico y neurológico. Además puede conllevar a consecuencias tales como: estrés, ansiedad, cansancio, somnolencia, poca capacidad para concentrarse, lentitud de respuesta y falta de reflejos.
Hoy en día hay una gran variedad de medicamentos para tratar ese trastorno, entre ellos tenemos: sedantes, hipnóticos, antidepresivos. Pero como premisa general hay que tener en cuenta de que solo un facultativo es el indicado para sugerir un fármaco apropiado, según corresponda.
Pero siempre que se pueda es mejor evitar tomar pastillas para dormir y hacer uso de los remedios naturales, porque realmente son una excelente opción sin efectos secundarios.
Aquí les dejamos algunas recomendaciones para estimular el sueño de forma natural:
-Evitar practicar ejercicios intensos antes de acostarse, en todo caso pueden dar un paseo, pues caminar alivia las tensiones nerviosas, y eso te ayudará a olvidar los problemas y estar más agotado a la hora de dormir.
-Procurar acostarse y levantarse siempre a la misma hora, no consumir café o alcohol en la noche.
-Tomar infusiones con las hojas de valeriana, manzanilla, melisa, tilo, hinojo, naranjo, hierbabuena, amapola de California, pasiflora, entre otras. Estas plantas tienen propiedades calmantes, con un poderoso efecto ansiolítico y relajante, por lo que son perfectas para ayudarnos a combatir el estrés y tranquilizarnos. Es aconsejable beberlas aproximadamente 30 minutos antes de ir a dormir.
-Beber un vaso de leche caliente una hora antes de ir a dormir puede mejorar nuestra calidad de sueño. Es recomendable utilizar la miel como sustitutivo del azúcar en tus infusiones o en la leche, pues según estudios realizados la miel es un inductor del sueño.
-Un baño de agua caliente antes de dormir te ayudará a relajar los músculos.
-Leer algo o escuchar música es una buena terapia para conciliar el sueño.
-Practicar algunas de las técnicas de relajación, como por ejemplo la respiración. Una respiración lenta y profunda facilita que el cuerpo se relaje y disminuyan los latidos del corazón, haciendo que el cerebro entienda que es el momento de disminuir el ritmo diario, ayudando a dormirse más rápido.
-Cuando te acuestes, túmbate boca arriba y lleva las rodillas a tu pecho. Rodéalas con tus brazos y mécete suavemente, haciendo movimientos ligeros a derecha e izquierda. Es un movimiento relajante que facilita la conciliación del sueño. Después, suelta las piernas y busca una posición en la que te sientas más cómodo para dormir.
-Tener en cuenta la mejor postura para dormir: los expertos aconsejan dormir de lado y, a ser posible, del lado izquierdo, porque así el corazón bombea mejor, aunque no para todos es una postura favorable o conveniente. Si para ti es más normal dormir boca arriba, lo ideal es que te pongas un cojín bajo las rodillas para que la espalda se relaje. Dormir boca abajo es lo menos recomendable.
Escrito por Illovis Espinal Montes de Oca
Fuente: Periódico Digital Venceremos