Contrario a lo que muchas personas pudieran pensar, la causa más importante de discapacidad en el mundo no son los accidentes. Esa enorme carga de morbilidad recae en las llamadas Enfermedades No Transmisibles (ENT).
Es un asunto de suma importancia, sobre todo teniendo en cuenta su devastador impacto social, al estar ubicadas entre las principales causas de enfermedad y muerte en Cuba.
Así apuntaba recientemente ante el Parlamento cubano el ministro de Salud Pública, doctor José Angel Portal Miranda, al presentar la estrategia nacional para la prevención y control de las ENT y sus factores de riesgo; una de las acciones previamente definidas para prevenir y tratar enfermedades que son igualmente graves amenazas para la vida de la población, y que retoma el sistema nacional de salud luego de superados los peores momentos de la pandemia de covid-19.
“El propósito esencial de la estrategia es el de reducir la morbilidad en el territorio nacional y, con ello, fortalecer las acciones para lograr una esperanza de vida saludable”, sostuvo el ministro.
Las cifras son claras: Nueve de las diez primeras causas de muerte en el país (excepto las provocadas por influenza y neumonía) están enmarcadas en el grupo de las ENT y otros daños, y se relacionan con más del 80% de las defunciones anuales.
Con la mirada puesta en esta realidad, resultan particularmente reveladores los resultados de la última Encuesta Nacional de Salud (2018-2020), desarrollada por el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (Inhem), en cuánto a cómo se comportan en la población cubana determinados factores de riesgo decisivos en la incidencia y prevalencia de estas ENT.
Dicha encuesta, que abarcó una muestra representativa de más de 15 800 cubanos en 41 municipios del país e incluyó por primera vez el estudio de la población a partir de los seis años de edad, corroboró resultados de anteriores investigaciones en cuanto a la urgencia de modificar comportamientos y estilos de vida en la población cubana, si se quiere impactar en el actual cuadro de morbimortalidad del país.
Detengámonos en, por ejemplo, la hipertensión arterial (HTA), que sobresale entre las ENT. Este padecimiento constituye el principal factor de riesgo para sufrir y morir como consecuencia de un evento cardiovascular de manera prematura.
“Solo la hipertensión arterial es responsable de un 40% o más de la carga global de enfermedad en Cuba”, precisó Portal Miranda.
Según la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en 2010 por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), el 30.9 % de los cubanos mayores de 15 años padecían HTA, lo cual significa que alrededor de 2.6 millones de personas en el país son hipertensos.
Una cifra superior de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud 2020, cuya prevalencia global de hipertensión arterial encontrada es de 37% de manera general, aunque se reportó en el 40.2% de las mujeres.
El número de prehipertensos creció al 23%, de un 15% en 2010. Calificó como controlado el 51% de los hipertensos, indicador que mejoró discretamente con relación a la encuesta anterior.
Pero, ¿por qué preocupa particularmente esta enfermedad?
La literatura especializada sobre el tema insiste en que el perjuicio que ocasiona la presión arterial elevada es general, no hay nada en el organismo que quede fuera o escape a estos daños.
La hipertensión (o tensión arterial alta) es un trastorno grave que incrementa de manera significativa el riesgo de sufrir cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y otras enfermedades, y es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo, apunta en su sitio web la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Basta tener en cuenta que durante el transcurso de la pandemia de la covid-19 en Cuba, la hipertensión arterial (HTA) constituyó la comorbilidad más frecuente vinculada a la mortalidad por el virus.
Comorbilidades como la HTA se han asociado en el mundo a un mayor riesgo de tener una evolución desfavorable y superior probabilidad de muerte, hecho constatado además por los estudios realizados en el país.
El 30 por ciento de la prevalencia de hipertensión es atribuible a la ingesta de sal
De acuerdo con expertos en la temática, la ciencia ha podido determinar en buena medida por qué las personas desarrollan la HTA y una gran parte de los factores que inciden en ello están relacionados con la dieta que seguimos.
Estadísticas de la OMS dan cuenta de que alrededor de 1/3 de la HTA está vinculada con el consumo excesivo de sal en los alimentos y cerca de 1/5 de los casos de hipertensión están relacionados con muy bajo contenido de potasio en la dieta, lo cual se asocia con el consumo de muy pocos vegetales y frutas.
Sobre este último aspecto, la Encuesta Nacional de Salud 2020 halló que, en lo referido al consumo de frutas y vegetales, los resultados no difieren mucho de los reportados en el 2010: cuatro veces por semana para vegetales y tres veces por semana para frutas en la población encuestada.
No obstante, una cifra preocupante es que el 20% de las personas estudiadas adiciona sal a las comidas (además de la ya usada en la cocción), frente al 13.5% que lo hacía en el 2010, y el 68% bebe menos de ocho vasos de agua en el día.
En el caso de los niños y adolescentes, se constató que un 7.2% añade sal a los alimentos, en tanto un 10%, por ejemplo, no consume vegetales y una cifra superior al 60% incluye con frecuencia en su dieta alimentos azucarados, ahumados y fritos.
La reducción de la ingesta de sal/sodio de la población, es la medida de salud pública más costo efectiva disponible para reducir la presión arterial y la mortalidad.
La OMS estima que reducirla al menos en una pequeña cantidad (15 %) prevendría 8.5 millones de defunciones prematuras en diez años.
El consumo de sal se relaciona con daños directos a la salud, en particular su vínculo con el aumento de la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares; el 30 % de la prevalencia de hipertensión es atribuible a la ingesta de sal según la OMS.
¿Qué es la hipertensión?
La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias, que son grandes vasos por los que circula la sangre en el organismo. Se considera que la persona presenta hipertensión cuando su tensión arterial es demasiado elevada.
De la tensión arterial se dan dos valores: el primero es la tensión sistólica y corresponde al momento en que el corazón se contrae o late, mientras que el segundo, la tensión diastólica, representa la presión ejercida sobre los vasos cuando el corazón se relaja entre un latido y otro.
Para establecer el diagnóstico de hipertensión se han de tomar mediciones dos días distintos y en ambas lecturas la tensión sistólica ha de ser superior o igual a 140 mmHg y la diastólica superior o igual a 90 mmHg.
Fuente: OMS.
Las estadísticas evidencian que la mayoría de las personas en Cuba consume sal muy por encima del límite internacional recomendado por la OMS, de cinco gramos al día por persona (equivalente a una cucharada de postre).
Sin embargo, especialistas del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología apuntan que el uso del salero no es la causa principal del exceso de sodio en la dieta.
Estudios señalan que al menos un 75 % del sodio dietético proviene del consumo de alimentos envasados y solo una pequeña parte (11 %) proviene de la sal añadida mientras cocinamos o comemos.
Tanto las bebidas como los alimentos envasados pueden contener altas cantidades de sodio, tengan o no un gusto salado. De hecho, la industria alimentaria añade también a sus productos otras sustancias que contienen sodio, como los aditivos, ya sea con fines conservadores, estabilizantes, emulgentes, espesantes y gelificantes; o como potenciadores del sabor o edulcorantes. De ahí la importancia de comprobar el contenido de sodio en la etiqueta de información nutricional.
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Fuente: Cubadebate
Escrito Por: Lisandra Fariñas Acosta